Colección Cada silencio tiene un registro
Vanesa Castillo Martín
Una muestra que descubre en nuestras tradiciones y en los secretos de la profundidad del mar; la develación de la aparente inmovilidad de objetos en sus profundidades, cielo marino que guarda tesoros insospechados, que asechan al espectador en contemplación de la naturaleza. Belleza “terrible” y asombrosa que le es propia a las profundidades de nuestros mares. Tesoros tejidos con lágrimas que miran al ocaso sabiéndose perdidos o arrastrados por la naturaleza: corrientes subterráneas que han hecho de ellos, accidentes visuales convertidos en objetos de admiración en sus lienzos, que confabulan para que nos encontremos y nos invitan a descubrir que todos somos parte del universo, que junto a nuestras tradiciones y nuestras costumbres, disfrutemos esa virtud vestida de accidente estético que muestra su belleza en contubernio con la flora y fauna; que nos guiñan sus extremidades hasta encender nuestro interés por asomar la mirada desde el visor de su creadora, somos todos parte del mismo universo, la que, bajo las condiciones causadas por cambios climáticos, contribuyen a que los océanos en el mundo como el resto de la capa terrestre sufra modificaciones que Vanesa convierte en oportunidades estéticas. La grandeza del océano y de nuestras costumbres en la mirada inquieta de su creadora que, frente al pincel, lejos de ser contaminación ambiental o visual, logran una gran carga poética, trasfondo invisible pero posible en su trazo; fronteras que no existen más allá de las barreras que nos produce la distancia en la cercanía de vernos a nosotros mismos.
Artemio García Uribe
Curador